viernes, 9 de marzo de 2012

Cosas como esta son lo normal en mi cabeza.

Enviar. Ya está. Hecho. Treinta llamadas perdidas. Salgo corriendo, a toda hostia. Quiero que algo me mate, pero no tengo esa suerte. Sigo corriendo. Se me caen las lágrimas. Vibra el móvil. treinta y una llamadas perdidas. Lloro otra vez. Una hora corriendo, la cara empapada. Llego a mi casa. Me tiro a la cama. Vibra el móvil. cuarenta llamadas perdidas. Algo en mi se mueve. "La amas" me me dice. Vibra el móvil en la cama, no me lo pienso. Contesto. Llora. Quiero morirme. Le estoy haciendo daño. Pero le hago más si me quedo. Quédate, me suplica llorando. No, le digo llorando. Sí. Cuelgo. Vibra el móvil, cuarenta y una llamadas perdidas. Vuelvo a cogerlo. ¿Qué por qué? Sabia que iba a ser la ultima vez que escuchaba su voz. Me pide que me quede. Que si me voy, muere. Me dice que me ama. Que si me voy, muere. Le digo que la amo, que si me voy, no va a morir. Me dice que me ama. Que si me voy...deja de ser. Lloro. La estoy matando, pienso. Más de doscientos mensajes. "Para" le digo. "No paro, no me da la gana de perderte" me confiesa. "Para" le digo, menos convencida. "No paro". Para... No paro, quédate y hazme feliz. Ya no voy a ser la misma. Hazme feliz. No vas a quererlo. Quédate, me da igual. Vale, te lo he advertido